Días más tarde...
Pipipipi, pipipipi, pipipipi. Ese molesto y odioso ruidito
que escuchaba todos y cada uno de mis días siempre a la misma hora, las 7 y 45.
No tenía ni ganas para levantarme, pero justo me acordé. ¡Hoy abren la piscina
de la urbanización de Carol! El día había llegado, por fin. Sabía que iba a ser
un muy buen día. Allí iba a estar presente Adrián, por fin estaríamos juntos.
Me preparé para ir al insti y salí escopetada.
Cuando llegué a la puerta, allí me esperaba ella, una chica
con el pelo claro pero castaña, alta y muy muy guapa, con los ojos azules
verdosos. Estaba hecha un pivonazo. Nada mas verla eché a correr.
- ¡Panolaaaaaaaaaaa! – y justo me eché encima de ella antes
de que supiese quien la llamaba – Te he echado de menos y...
Me di cuenta de que aún estaba hablando con Quique de lo que
días antes me había comentado. Interrumpí la conversación en el momento más
inoportuno.
- ¡Hola Mar! – dijo Quique – No podías haber escogido un
momento más oportuno para llegar.
Después de decir esto se marchó a su clase y Carol me miró
con cara de pocos amigos. En cuanto la vi me eché a reír a carcajadas. Entramos
juntas a la clase y nos sentamos en nuestros sitios de siempre, una al lado de
la otra. Siempre redactábamos notas, cartas manteniendo una conversación.
Recibí la que sería la primera de la mañana.
‘Tía, justo cuando has llegado iba a decirme algo
importante. ¡YO TE MATO! ¿Vas a venir esta tarde a mi piscina?’
Cuando lo leí no podía parar de reír. Y es que me sentía
mal, lo había estopeado todo.
‘Lo siento tía, no me había fijado que estabas hablando con
él. ¡LO SIENTO! Por Supuesto que iré para estar allí contigo.’
Estaba emocionada, ya era Jueves, por fin llegaba el fin de
semana. Faltaban muy poquitos días para terminar, de una vez, el insti. Ya era
19 de Junio y todos pensábamos, imaginábamos cómo sería la fiesta de fin de
curso. Para nosotras sería genial.
Ese día, las horas se me pasaron volando, o como decía
Carol, volando voy volando vengo. Las dos y media llegaron muy rápido, apenas
había visto a Adrián pero por la tarde volvería a estar con él.
Antes de llagar a mi casa me había encontrado con Quique.
Estaba triste y cacbizbajo, no sabía qué le sucedía. Me acerqué a él. Era
cortante conmigo.
- Hola Quique, ¿qué te pasa?
- Hola. Nada.
- Se perfectamente que te pasa algo, a mí no puedes
engañarme – dije con una sonrisa de oreja a oreja.
- Ya lo verás.
Y con estas palabras se marchó, dejándome con la palabra en
la boca, sin saber que pensar. Esto no podía callármelo. Corriendo busqué mi BB
en la mochila y marqué el número de Carol. Estaba nerviosa, me temblaban los
dedos, la voz. Carol si cogió el teléfono.
- ¿Si? – dijo extrañada
- Carol, Carol, Carol; te vas a morir con lo que me acaba de
pasar. Estoy muy preocupada.
- Pero no te quedes callada, cuéntamelo, no me tengas en
ascuas – dijo nerviosa.
[CONTINUARÁ]
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