Y es que he decidido cambiar mi vida porque nada ni nadie
tiene derecho a quitarme esta sonrisa de la cara. Yo, Mar, soy consciente de mi
pasado y escritora de mi futuro. Mi vida, actualmente, gira alrededor de los
estudios y de la música. Mi pasado no fue muy bonito que se diga, no actué bien
con las personas que me rodeaban en aquel momento pero lo hecho, hecho está. En
este momento soy feliz, tengo amigas estupendas, conocidos y alguien especial.
Tal vez yo no sea la mejor persona del mundo, ni la más perfecta, pero soy
persona, también tengo derecho a equivocarme. Creo que ya sabéis suficiente
sobre mi, ahora permítanme contarles mi historia.
[...]
En una tarde de
Junio...
Allí estaba yo, sentada en mi habitación, pensando en aquel
chico que me hacía sentir especial. Es que él era, para mí, el mejor. Tal vez
no debería haber pensado tanto en él. En ese momento un pequeño sonido quizás
molesto me trajo desde mi mundo a la
Tierra de nuevo. Estaba sola en casa asique me desplacé hasta
el salón. Descolgué el teléfono, era ella.
- ¡Hola Mar!- dijo Carol.
- ¡Hola panoli!- dije con mucho entusiasmo- Cuéntame a
ver...
- Mira, hoy estaba super raro, tía ya no se que hacer con él
pero es que... le quiero.
- Carol, no te hace ni caso. Háblalo con él pero...
- Ya tía pero es que... ya no se ni qué hacer- dijo muy
afligida.
Yo, bastante preocupada por mi amiga, empecé a pensar cómo
poder ayudar a Carol. Tampoco es que estuviese muy en la Tierra pero lo intenté.
Según estaba pensando me vino a la cabeza algo un poco fuera del tema.
- Oye Carol, hoy no le he visto y tengo ganas de verle,
¿podemos quedar?
- Mar, hoy es lunes, dentro de dos días tenemos examen de
francés. Ya sabes que no se me da nada bien, y la semana que viene hay otro de
Naturales. ¿Enserio piensas que voy a poder salir? Mi madre no me va a dejar.
- Bueno, bueno... déjalo, ya mañana veré a Adrián.
Y es que mientras hablaba con Carol, él me habló por wá, si
si, por whatsapp. Mi BB vibró, era el mensaje más esperado de la historia.
Comprobé que realmente era de Adrián y sonreí.
‘Princesa, te echo de menos. Hoy no te he visto, ¿dónde te
has metido?’
Rápidamente escribí, como pude, que le echaba de menos y que
los profesores no habían echado de allí. Estaba tan enamorada de él... Le
quería como a nadie. En ese día no volvimos a hablar.
- ¿A que no escuchaste anoche “Ponte a Prueba”?
- Pues como comprenderás... me dormí- dije riéndome.
- Chica, ¡cómo estamos! Bueno que me voy que tengo que ir a
natación.
- Vale, esta noche hablamos.
- Adiós tolai.
- Adiós.
La verdad es que no hablamos por la noche, estaba
cansadísima y me fui a la cama pronto. Me dormí muy muy tarde, pensaba en él,
imaginaba volver a verle. Era como un cuento, era mágico, como si estuviese en
una nube. Cada día me enamoraba más.
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